El 11 de Abril de 2020 nos encuentra en una situación en la que todos , más allá de las diferencias religiosas compartimos una ESPERANZA, un ANHELO. Es tiempo de expresar nuestros anhelos más profundos, aquellos que estaban dormidos detrás de las conquistas y los logros estrictamente individuales y, ciertamente , individualistas.
En la situación por la que estamos atravesando, aquellos valores tan repetidos, repetidos hasta el cansancio, casi recitados como una muletilla en tiempos pasados , adquieren un sentido más hondo, más sincero y nos acercan verdaderamente, más allá de nuestras circunstanciales diferencias , a la comprensión profunda , sincera y emocionada del semejante, al valor de la solidaridad que nace como consecuencia de reconocernos en los demás .
Reconocemos nuestra impotencia como seres humanos frente a lo que nos golpea , pero al mismo tiempo nos convoca, nos compromete y nos acerca emocionadamente al otro, en el que nos reconocemos en pequeñez, fragilidad y necesidad de comprensión y protección.
Además resurge en nosotros un anhelo , el de reencontrarnos y abrazar a nuestros seres más queridos , a los que extrañamos por la dificultad en verlos , disimulada por el “contacto virtual “ tecnológico, que intenta paliar nuestra necesidad de afecto y de aquella cercanía real , que nos haga sentir menos solos.
Recemos (cada uno en su individual creencia ) para que esta situación , que es de profunda PRUEBA para cada uno de nosotros , cada uno como una pequeña pero valiosa pieza constitutiva de la Sociedad humana , nos convierta en personas más solidarias, comprometidas y buenas.
Ese es mi deseo más sincero.
Luis Santos Serrano